Actualizado el 04 de May de 2017

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El Museo de Arte Carrillo Gil, en México, recrea la exposición que José Clemente Orozco montó en 1947

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Orozco_y_los_teules_370x245Del 7 de abril al 6 de agosto, el Museo de Arte Carrillo Gil, ubicado en la Ciudad de México, ofrecerá al público la exposición Orozco y los Teules, 1947, la cual recrea la icónica muestra realizada por el artista jalisciense José Clemente Orozco en aquel año, bajo el encargo ex profeso de El Colegio Nacional, institución que reúne a las mentes más brillantes del país en diferentes disciplinas.

La serie que produjo Orozco para aquella muestra estuvo conformada por 70 obras entre pinturas y dibujos inspiradas en la crónica de Bernal Díaz del Castillo titulada Historia Verdadera de la Nueva España. Las obras son un particular relato visual del enfrentamiento entre españoles e indígenas durante el período histórico conocido como la Conquista de México.

En su acepción histórica los teules era el calificativo indígena que designaba a los conquistadores españoles, los cuales fueron confundidos con sus deidades. Teul proviene de la raíz en la lengua náhuatl “teotl”, que en los oídos de los conquistadores sonó a teules.

El curador del museo, Carlos Palacios, escribió un artículo sobre la Colección Carrillo Gil, una de las más emblemáticas del Estado Mexicano, el cual tenemos la satisfacción de compartir aquí.

Obras viajeras: la Colección Carrillo Gil

Carlos E.  Palacios

Se puede afirmar que el acervo Carrillo Gil fue pensado por su coleccionista para que viajara por el mundo. De hecho, después de iniciarla hacia finales de los años treinta pasarían escasos años cuando Alvar Carrillo Gil prestó un nutrido grupo de obras sobre papel de José Clemente Orozco para una exposición en la Feria del Libro de la Habana en 1946.

Desde entonces este acervo –que se consolidó de manera rotunda entre finales de la década de los cuarenta y hasta finales de los años sesenta- viajó intensamente, bien como un conjunto en si  mismo o como parte de exposiciones mas amplias, donde convergieron obras de otras colecciones privadas mexicanas o de los museos estatales de este país.

¿Por qué decimos que fue pensada por el propio coleccionista para viajar? Por una parte el propio Alvar Carrillo Gil organizó importantes muestras de sus obras en el extranjero, cuya envergadura escapa del simple interés por promocionar el arte mexicano. El mismo coleccionista hacía las veces de comisario de sus obras y curador de las exposiciones, como fue el caso de la gran exposición de arte mexicano en el Museo Imperial de Tokio en 1955, por citar un ejemplo paradigmático de la historia de las exposiciones internacionales de arte mexicano. Otro caso interesante, donde el coleccionista gestionó personalmente los trámites de traslados internacionales de su acervo personal, fue cuando prestó su acervo de obras gráficas para que México pudiera estar presente en la III Bienal de Sao Paulo en Brasil de ese mismo año.

Pero evidentemente Carrillo Gil no podía hacerse cargo de la intensa labor de registro y comisariado de  obras y cedió estas funciones a su amigo Fernando Gamboa quien organizó numerosísimas muestras de arte mexicano a lo largo y ancho del globo terráqueo desde los años cuarenta hasta el fatídico año de 1973. En septiembre de ese año Gamboa instala 169 obras de la Colección Carrillo Gil en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile. Una exposición que aún cuando estuvo completamente instalada no llegó a verse a consecuencias del Golpe de Estado del General Augusto Pinochet al Presidente Salvador Allende, ocurrido el 11 de septiembre  de 1973.

De tal manera que siguiendo la tradición, llamémosla “viajera”, de la Colección Carrillo Gil, en 2015 se pudo reinstalar en el Museo Nacional de Santiago de Chile las obras de Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros que no pudieron verse en ese entonces. El objetivo de la muestra fue doble: documentar este capítulo traumático de la Colección Carrillo Gil y de la historia de Chile y ofrecer al público chileno de nuestros días la posibilidad de admirar el poderoso y muy particular conjunto de obras sobre caballete y en papel de estos artistas: sus definidas estéticas, sus contrastadas miradas sobre la historia antigua y moderna de México,  sus  soberbios apuntes para sus importantes obras murales.

El éxito de esta muestra en Chile permitió que en otros museos latinoamericanos se pudiera ver  la Colección Carrillo Gil y que su presencia e importancia se contrastara y enfrentara a los artífices y los relatos del arte en cada  país donde se presenta. En Argentina fue determinante la presencia de Siqueiros al ser este artista uno de los que incorporó el muralismo al arte de ese país, por citar un ejemplo. En Perú, obras de la Colección Carrillo Gil estuvieron en una gran muestra de arte mexicano en 1955 y su influencia en figuras emblemáticas del arte moderno peruano fue determinante, como los vínculos con el maestro peruano  José Sabogal. La presencia de este acervo de arte mexicano de proyección internacional se reafirma en la actualidad gracias a que  las obras de los artistas de la Colección Carrillo Gil entran en correspondencia con  las de artistas modernos de cada país adonde viaja la colección, dejando ver de esta manera y “de viva voz” su determinante influencia en la historia del arte latinoamericano.

Imágenes: Museo Carrillo Gil

Para más información acerca del Museo Carillo Gil consulte el portal http://museodeartecarrillogil.com/.

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